viernes, 3 de mayo de 2013

GUIMARAES

Sin dudarlo ni un segundo puedo decir que es una ciudad que sorprende, que no esperas para nada que sea así por mucho que hayas visto en Internet
Después de haber recorrido los pueblecitos que contaba en el post de Portugal, nuestro destino final era esta ciudad, ya que estaba relativamente cerca y era en 2012 Capital Europea de la Cultura. Así que por algo tenía que ser. ( En 2013 es la Ciudad Europea del Deporte)
Es una ciudad más bien pequeña, conocida como La Cuna de Portugal, que data del siglo XI. De ahí que conserve a cada paso ese toque medieval, sobre todo el Castillo.

A lo que vamos, que esto no es un blog de historia...
Cosa de mitad de la tarde, las 5 o las 6, llegamos a Guimaraes. Sin apenas perdernos encontramos el hotel que estaba en una avenida grande. Elegímos el Villa Hotel Guimaraes (4*) por unos 50 euros, que es lo que solemos gastar de media cuando tenemos que dormir fuera de casa. Es muy chulo, todo en tonos blancos y rojos. La división en planta de las habitaciones muy espaciosa con unos halls decorados limpiamente. Bonito. 
Pues eso, que llegamos, dejamos el coche en el parking y las cosas en la habitación. Ducha después de todo el día y a descubrir la ciudad.
Lo primero que nos topamos al bajar la calle camino del centro, fue con la iglesia de Saint Gualter, que es la que en la foto aparece al fondo.

Aquí donde hicimos la foto, ya es la plaza que une la avenida de República do Brasil con el centro antiguo de Guimaraes, el cual se ve en esta...

Sus calles empedradas y sus edificios de hace unos cuantos siglos, estaban acompañados de una decoración especial debido a, como ya decía antes, ser capital de la cultura. El símbolo que se podía apreciar en cada rincón, escaparate,... era un corazón de lados rectos con una endidura en forma de L. Además de otras decoraciones, música,... Elegimos el año perfecto para ir.


Tras un paseito, nos tomamos una caña en la terraza de un bar en Largo Misericordia, que estábamos de vacaciones y eso es misión obligada. Por google maps he visto que se llamaba Cervecería Guimaraes, y he recordado que es la plaza del guerrero de piedra, pero que tampoco es un sitio imprescindible para ir, un bar más del montón.
Y acto seguido a cenar, sabíamos donde íbamos  así que la búsqueda fue corta. Aquí si que le tengo que poner un 10. Bueno más de uno. El primer 10 para el recepcionista del hotel, que nos aconsejo este sitio. El segundo para el enclave, en plena Praça de San Tiago. Y el más importante, para el bacalaó al bras, desmigadito con sus patatas. Riquísimo. El lugar fue Restaurante Santiago. Una cosa que me llamó la atención, es que la gente dejaba monedas en las endiduras de la pared, que es de piedra. Había de un montón de sitios diferentes. (Venga Iván, que lo digo! Toqué una y se calló, una tontería, sí, tampoco es para poner esa cara).

Como la ciudad estaba tan animada y hacía buen tiempo, no había ganas de irse a dormir. Nos sentamos en una terraza de la misma plaza a bebernos un beirao (creo) , que se lo veíamos a todo el mundo alrededor. Es un licor al cual le echan granos de café dentro. Esta bueno.
Y a dormir!!

El día siguiente, era el verdadero día para conocer la ciudad. 
Nos levantamos a una hora prudencial pese a estar de vacaciones para que nos diese tiempo a verlo más o menos todo, y empezar de nuevo el camino de vuelta a casa.
Desayunamos estupendamente en el hotel, con su buffet libre muuy variado, donde me dejé la tarjeta para abrir la puerta de la habitación jejeje Pero en cuestión de dos minutos ya era mía de nuevo!! jajjaja Soy un caso. 
Recogimos y dejamos las maletas en el coche, que se quedó esperandonos en el parking del hotel.
Nos fuimos a ver, para mi, lo más bonito de toda la ciudad, el Castillo de la edad media. Este monumento se encuentra ligado a la fundación del Condado Portucalense y a las luchas de independencia de Portugal. Esta clasificado desde el 2007 como monumento nacional entre las Siete Maravillas de Portugal.




Pegadito al Castelo, el Paço dos Duques de Bragança que tan solo vimos por fuera, pero que también es un monumento bonito.
Y como no, visita obligada al estadio del Guimaraes. Estaban renovando abonos y pudimos entrar a verlo desde la cristalera que da al campo. Yo creo que el se queda con esta imagen del viaje. Si?


Ya, sobre medio día hicimos camino hacía el norte, rumbo al hogar de vacaciones, parando a descubrir y a comer en Braga, que el año anterior nos la dejamos a medias. Pero eso para otro día. ;)

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