Camino de casa, volviendo de Oporto, hicimos una paradita muy breve en la ciudad.
Braga, es la tercera ciudad más poblada de Portugal y la vimos en menos de 20 minutos. Hacía mucha calor, serían sobre las 4 de la tarde y en la calle no había ni un alma. Pensando que ya lo habíamos visto todo con tan solo recorrer su calle principal subimos al Bom Jesus do Monte, reclamo turístico de la ciudad. Un santuario situado en lo alto de la montaña.
Allí si que había gente, mucha gente, comiendo en los lugares habilitados en los jardines del santuario. Un montón de vegetación y de escalones que no esperaba encontrar después de ver aquella ciudad.
Este año, hicimos de nuevo la parada volviendo de Guimaraes, con el fin de encontrar un lugar para comer, y lo que encontramos fue una ciudad que no conocíamos para nada. Increíble.
Aparcamos como ya lo habíamos hecho el año anterior muy cerca de la estación de autobuses, este año bien aparcado y no en linea amarilla jeje A unos minutos del centro de la ciudad.
Descubrimos la ciudad y su entrada por la Puerta Nueva, la catedral gótico románica, sus museos, plazas y jardines,... Es una ciudad pequeña, pero es agradable pasearla y fotografiarla, llena de color y llena de gente.
Y con esto y un paseo, la compra del típico gallo sin el cual no nos podemos volver (ya llevamos rotos unos cuantos jeje), la compra de una botella de agua es un supermercado-tienda de barrio, y despedirnos del caballo blanco (parece real pero es de cartón piedra), nos volvimos a la Pobra do Caramiñal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Introduce tu comentario...