Un souvenir, suvenir o recuerdo (del francés souvenir: ‘objeto que sirve como recuerdo de la visita a un lugar’), es un objeto que atesora a las memorias que están relacionadas a él.
Esto es análogo a la explotación psicológica del condicionamiento clásico. Por ejemplo, si un viajero compra un souvenir en unas vacaciones memorables, él o ella asociarán muy probablemente el souvenir a las vacaciones. Recordará ese momento especial cada vez que él o ella miren el recuerdo.
¿Y según yo?
Un trasto barato (entiéndase llavero, imán, camiseta,...) que plantar en una estantería, cajón, o semejante, que da tanto por cu** tener que comprarlo como recibirlo.
Los peores souvenirs son los que son iguales en todas las ciudades y les cambian la plaquita del nombre o la serigrafía de la camiseta que dice ' Mis abuelos estuvieron en ______ y se acordaron de mi'. Que de esto me ha venido la necesidad de explicar que no me gustan los souvenirs.
Os pongo en situación, ayer voy al chino-Trastienda-todo a 100 que esta al lado del Mercado del Cabañal en Valencia, y allí, en el primer pasillo, ocupando una estantería entera, cientos de camisetas recuerdo de A Coruña. Entonces digo yo ¿que valor tiene que alguien viaje 1000 kms y te traiga una camiseta de A Coruña si la tienes en la puerta de casa? ¿O será que el dueño chino se ha ido al norte y le ha traído un regalito a cada uno del Cabañal? XD Es verídico, y si alguien tiene ganas de decir que ha ido a Coruña y no se lo puede permitir, por 3 euretes tienes la prueba irrefutable de que estuvo allí jajjaja
Luego están los de coleccionista, que te lo ponen más fácil pero sigue siendo igual de hortera, por ejemplo dedales. Y que además se pueden conseguir igualitos con los fascículos kiosqueros que salen por el mes de septiembre tooooodos los años.
Bueno, mi hermana colecciona El Principito en diversos idiomas, eso por ejemplo me parece guay.
Luego están los de coleccionista, que te lo ponen más fácil pero sigue siendo igual de hortera, por ejemplo dedales. Y que además se pueden conseguir igualitos con los fascículos kiosqueros que salen por el mes de septiembre tooooodos los años.
Bueno, mi hermana colecciona El Principito en diversos idiomas, eso por ejemplo me parece guay.
Creo que muy pocas veces he comprado souvenirs para mi familia, solo en el caso de ver algo que realmente se puede usar y sobretodo que hará ilusión al que lo reciba.
Si es cierto que para mi y acompañante, solemos comprar alguna chorradita que nos recuerde al viaje. De Portugal solemos traer un pequeño gallo (que se ha roto infinidad de veces jejeje), de Santiago de Compostela una pulserita con una concha (cada vez de un color), de sitios lejanos unos billetes y monedas que sobran del cambio, de otras el libro turístico con explicación del lugar,... Recuerdos que ocupan poco sitio al fin y al cabo.
Ahora, que dices: 'Vaaaa!!! que va a parecer que soy muy rata y que encima que me voy por ahí no les llevo ni un detallico' , pues entonces vas y les compras algo con lo que puedan apreciar lo bien que lo has pasado.
Y como mejor se transmite un viaje es a través de la comida y bebida típica del lugar: una botella de vino, unas navajas de palmo, una empanada recién hecha,... lo que sea. Si, eso se consume y se acabó el souvenir, pero ¿no es mejor unos minutos de satisfacción que un siglo escondido detrás de un marco de fotos en el salón? A mi me parece que sí.
Otra cosa que me parece guay es el envío de postales, no llevar una postal en blanco como regalo, sino mandarla desde el lugar de viaje. Pero que recuerde nunca lo he hecho jejejje
Así que lo dicho, no esperes que venga con la maleta cargada de cachumbos, porque no lo pienso hacer. Y tampoco te esfuerces en complacerme con la Torre Eifel en miniatura, que tengo una rosa en la estantería junto a la matriuska rusa, el oso de peluche vestido de guardia inglés, el gallo pegado con Loctite y la concha pintada del restaurante de O Grove, entre otros.
Así que lo dicho, no esperes que venga con la maleta cargada de cachumbos, porque no lo pienso hacer. Y tampoco te esfuerces en complacerme con la Torre Eifel en miniatura, que tengo una rosa en la estantería junto a la matriuska rusa, el oso de peluche vestido de guardia inglés, el gallo pegado con Loctite y la concha pintada del restaurante de O Grove, entre otros.
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